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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Aquellos que sueñan con un cercano apocalipsis manifiestan una actitud mental enfermiza: no pueden concebir que el mundo siga tras su muerte y consideran que ellos son los únicos dignos de conocer los últimos tiempos, de ser los últimos humanos sobre la Tierra, o los postreros rescoldos del fin de una etapa de la humanidad. Que ellos serán las renovadoras semillas de una nueva era.

Huir de los apocalípticos es huir de la egolatría.

Huir de los apocalípticos es abrazar la humildad.






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